Lo primero en este caso es tener paciencia, comprender mucho a éste adolescente y establecer una buena comunicación que lo lleve a entender los cambios que está viviendo y ayudarlo a pasar por ellos de la manera más amena posible, recordando en todo momento que éste adolescente viene de convivir en una familiar donde todos sus integrantes hacían su parte para mantener su zona de confort y ahora ven cómo tienen que desarrollarse en otro hogar con otras personas, esto termina siendo totalmente nuevo e incómodo para ellos.
3 Señales de que la relación de tu hijo y tu pareja va mal
Existen señales que te mostraran si tu hijo adolescente está teniendo problemas en aceptar a tu nueva pareja:
1.- Rabietas, estas no son normales y si se presentan son una forma de llamar tu atención para decirte que no quiere convivir con otra persona y que yo solo quiere ser él tu centro de atención.
2.- Faltas de respeto: si no tienes la costumbre de escuchar a tu hijo molestarse por todo y decirte cosas hirientes o dejarte con la palabra en la boca azotando las puertas, por ejemplo, es una señal a la que debes prestar interés ya que su conducta puede resultar en peores agresiones contra otros integrantes de la familia, incluyéndote.
3.- Aislamiento, si por el contrario lo que hace es aislarse, resulta otra forma indirecta de decirte que no les gusta tu nueva pareja y que en ese momento él no está dispuesto a compartir ninguna actividad familiar con ella o él.
¿Qué podemos hacer?
En cualquiera sea la situación lo ideal es siempre establecer una buena comunicación con el adolescente, buscar la forma de que se sienta cómodo de conversar y expresar sus sentimientos, este momento es el momento perfecto para hacerle entender que para amarlo a él primero debemos amarnos a nosotros mismos y esto se logra supliendo nuestras necesidades como adultos donde se incluyen a las parejas, los amigos, la individualidad, entre otros.
Otra forma que no es aislada ni está en secuencia, solo debe tomarse en consideración para todo, es la paciencia, todos merecemos nuestro espacio para sentirnos como queramos dando tiempo a aceptar los cambios y digerirlos de la mejor manera, nada como el tiempo para poner cada cosa en su lugar y en el camino se le da al adolescente capacidad de construir su propia personalidad, no es recomendable forzar al adolescente a dar demostraciones de afecto o peor aún obligarlo a aceptar rápidamente que alguien haga intromisión en sus espacios fraternales.
Por supuesto existen técnicas más puntualizadas que te ayudarán a que el adolescente vaya aceptando a la nueva persona que formará parte de su entorno y a la que deberá acostumbrarse, por lo que se recomienda, tomar precauciones con anticipación explicándole al adolescente quien es esta persona y así podrás observar si es buen momento para llevarla a casa o no.
Otra forma infalible es planificar encuentros donde el adolescente vaya familiarizándose de tal manera que cuando ya sea concreto no sea tan sorpresiva la situación y lo pueda manejar de la mejor manera.
Conclusiones:
Como adulto que eres tienes el derecho de reiniciar tu vida con quien desees, pues el hecho de que tu relación anterior no haya funcionado no quiere decir que debas limitar tus sentimientos, y tampoco debe ser razón de ello el tener hijos con tu antigua pareja. Tú siempre serás mamá/papá con pareja o sin pareja, todo depende de ti y como manejes ese ámbito de tu vida.
Usualmente existen 2 tipos de adolecentes, los problemáticos y los no problemáticos, puede ser que tu hijo sea del segundo grupo. Pero justo cuando has iniciado darte una segunda oportunidad con alguien más éste ha manifestado comportamientos que no son propios de su persona. Algo está pasando.
Si bien los consejos dados anteriormente son para aquellas adolescentes que no aceptan a la pareja de su padre simplemente porque no es de su agrado. Sin embargo antes de terminar lee lo siguiente y reflexiona en esto:
- ¿Cómo se siente mi hijo ante todo esto?
- ¿A caso mi hijo tuvo un mal trato por parte de mi pareja sin darme cuenta?
- ¿Estoy viendo las dos caras de la moneda?
Una vez hayas reflexionado, la única forma de responder esas interrogantes es mediante una conversación llena de amor y comprensión, con una actitud dispuesta a escuchar más y juzgar menos lo que tu hijo tenga que decir.
Una vez hecho eso, puedes seguir los demás consejos dados en el presente artículo, y recuerda: Siempre puedes volver a empezar de nuevo, nunca es demasiado tarde.